"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Solomillo de cerdo Strogonoff


La primera vez que probé el solomillo strogonoff, fue hace más de veinte años, en uno de los más conocidos restaurantes rusos de Madrid, El Cosaco, un restaurante que borda la cocina zarista. Desde entonces ha formado parte de mis platos favoritos y es una plato fácil de preparar y muy completo si se tienen invitados. La historia cuenta que esta receta fue creada por un cocinero que estaba al servicio del conde Sergei Grigojevich Stroganov, alcalde de Odessa. Y con el paso del tiempo traspasó fronteras, extendiéndose por todo el mundo. Hay muchas variantes del solomillo strogonoff, pero la carne, la nata agria, el champiñón y las cebollas son la base de esta receta.

En esta ocasión he utilizado dos solomillos de cerdo, 2 cebollas pequeñas, 500 gr. de champiñones, 250 ml de nata líquida con un chorrito de limón, 2 cucharadas de mostaza a la antigua, aceite, sal y pimienta y arroz blanco para acompañar. (En algunas ocasiones añado un chorrito de vodka, pero había menores para comer y aunque el alcohol se evapora con la cocción, preferí no añadirlo)

 


Lo primero es cortar los solomillos en filetes, salpimentar y freir vuelta y vuelta, quitar el exceso de grasa y reservar.

En el mismo aceite se añaden las dos cebollas picadas en pequeños dados y se rehogan hasta que queden un poco transparentes, se añaden los champiñones cortados en finas láminas y se deja cocer unos 5’.Incorporamos la carne y dejamos cocer otros 3’ .


Se bate la nata y la mostaza y se vierte la mezcla poco a poco a la cacerola y se deja 1’ más teniendo cuidado que no rompa a hervir.


Servir inmediatamente acompañado de arroz.

Si no habéis probado nunca la carne Strogonoff, ¡hacedlo!, que no os defraudará.

Bon Appétit
Imprime esta receta