"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Charlota de mousse de chocolate blanco y melocotón

Chalota de mousse de chocolate blanco y melocotón. Según Internet, "la charlota (en francés charlotte) es una tarta de origen francés. Se elabora forrando un molde de bordes altos con bizcochos de soletilla o genovesa, para moldear la línea exterior del pastel y proporcionarle su aspecto clásico".

El relleno puede ser una bavarois, una crema pastelera o una mousse. Es una tarta fria ideal para estas fechas.

Cuando salió la propuesta me puse como loca a pensar como haría mi charlota. Como muchas de las recetas que propone el Whole, esta iba a ser la primera vez que la hiciese. Nieves, sabiamente me dijo que siguiese la receta a pies juntillas, pero en mi cabeza yo ya sabía como la quería y no la hice caso.

Lo que más me preocupaba era el desmoldaje, como siempre. También me preocupaba la sujección de los bizcochos en posición vertical para echar el relleno sin que se torciesen.

En el vídeo que te ponen de referencia en el Whole, utilizan una olla alta, pero no te muestran como desmontarlo sin que se rompa. Yo, no lo tenía muy claro, por lo que me decidí por un aro desmontable, y como no lo tenía alto, pues puse dos superpuestos (no tengo fotos porque me faltaban manos, je, je). Pero eso no es lo único que me sucedió en la elaboración, ahora os cuento.


Ingredientes:


24 bizcochos de soletilla
2 tabletas de chocolate blanco Nestlé
200 gr. de nubes blancas
50 gr. de mantequilla
60 ml. de agua hirviendo
500 ml. de nata para montar
1 sobrecito de azúcar avainillado
3 naranjas
1 tarro de melocotón en almibar


Mi charlota la quería con una mousse de chocolate blanco y melocotón y con bizcochos bañados en un refrescante zumo de naranja. Y que mejor que la mousse de nubes, pensé yo, aunque para que no cogiese color usé nubes blancas.
 
Cortamos en tres o cuatro trozos cada nube con unas tijeras, teniendo la precaución de untar las tijeras con aceite para que no se peguen las nubes al cortarlas.

En un bol ponemos el chocolate blanco de calidad, yo usé el especial para postres de Nestlé troceado, las nubes, la mantequilla el azúcar avainillada, regamos todo con el agua y lo metemos 3' al microondas para que se funda todo, aunque lo sacamos al minuto y medio para dar unas vueltas y mezclar todo bien y luego terminamos de fundir

Dejamos enfriar un poco el chocolate fundido. Mientras tanto montamos la nata y la añadimos poco a poco al chocolate, procurando hacerlo con movimientos envolventes para que nos quede una textura esponjosa.


Con papel absorvente quitamos un poco el almibar de los melocotones y los cortamos en trocitos del tamaño que más nos guste y los mezclamos con la mousse.


Hasta aquí todo perfecto. Tenía mi mousse con la textura que quería y con los trocitos de fruta perfectamente distribuidos.

Como os dije al principio, coloqué dos aros desmoldables superpuestos directamente en el plato en el que iba a presentar la tarta, para empezar a construir la charlota. Como casi siempre, a las tartas que preparo les da por viajar, se ve que tienen espiritu aventurero, je, je, así que no podía utilizar una fuente grande, sino que tuve que buscar un plato llano, que entrase dentro del portatartas (o eso creía yo).

Preparamos un zumo de naranja e impregnamos por ambas caras los bizcochos de soletilla. Cada vez que impregnamos uno lo vamos colocando con cuidado en posición vertical forrando los aros. Cuando tengamos toda la circunferencia con los bizcochos colocados, tapizamos el fondo también con bizcochos impregnados en zumo de naranja.


Cuando empiece a espesar la mousse, hay que vertirla en el molde con cuidado. Lo hice despacio, cucharón a cucharón, pero cuando no llevaba ni la mitad, vi con horror que los bizcochos de la base empezaban a flotar. ¡Están vivos!, pensé angustiada.



Seguramente tendría que haber esperado a que espesase mas la mousse, no lo se, pero ya no tenía remedio. No quise ver más. Con ayuda de unas tijeras, corté los bizcochos flotantes en varios trozos, metí todo en el frigorífico y esperé al día siguiente.

No, no hace falta esperar tanto, con tres horas que esté la charlota en el frigo es suficiente, pero yo la estaba haciendo un día antes.

 Cuando la tarta está bien fria, la desmoldamos y decoramos con láminas de melocotón y algún adorno de chocolate.

¡Otro gran descubrimiento gracias al Whole!


Una tarta fresquita para el verano


Que esta vez viajó a casa de Nieves


Aunque tampoco entró en el portatartas y viajó haciendo equilibrios sobre mis piernas, ¡como siempre!


Ya estoy pensando cuando haré mi siguiente charlota ¡umm!


Bon Appétit
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