"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Pimientos aliñados


Que me gusten los pimientos los llevo en los genes. Cuentan las malas lenguas que el día que mi padre fue a Miraflores de la Sierra a conocer a mis abuelos, mi abuela, sabedora de que a mi padre le "pirriaban" los pimientos, preparó una fuente considerable de ellos. No sabemos si por lo cortado que era en aquellos días mi padre, o porque los pimientos de mi abuela estaban "cojonudos", mi padre empezó a dar cuenta de ellos uno tras otro sin parar para dar un poco de conversación. Mi abuela, viendo el paso que llevaba mi padre, le tuvo que decir. 

- ¡Qué!, ¿Están buenos?
- "Cojonudos"
- Pues deje unos pocos que los demás también querrán catarlos.

Os dejo con la receta y el paso a paso.


Ingredientes:
  • 3 pimientos rojos para asar, a ser posible de El Bierzo
  • 3 dientes de ajo negro (si se usa ajo blanco poner sólo un diente o dos)
  • 2 cucharadas soperas de perejil
  • 1/2 cebolla morada o 1 cebolleta tierna
  • 1 hoja de laurel
  • 60 ml. de aceite de oliva virgen
  • 2 cucharaditas de vinagre de Jerez
  • 1 cucharadita de pimentón dulce de La Vera
  • Mezcla de 5 pimientas molidas
  • Sal

Elaboración:

Empezamos asando los pimientos según nuestra costumbre. Desde hace muchos años yo los aso en la olla a presión, se mancha muchísimo menos, y os puedo asegurar que los que los han probado dicen que están buenísimos. Podéis ver como se hace en la receta del asadillo de pimientos tricolor. Yo suelo asar pimientos muy a menudo, porque no da nada de pereza y porque como he dicho al principio, los pimientos me gustan con locura.

Cuando tengamos nuestros pimientos asados  y pelados, los cortamos en tiras muy finas y los ponemos en un bol o un recipiente que luego podamos tapar herméticamente.


Cortamos los dientes de ajo en láminas y los añadimos al recipiente. Picamos la cebolla y la incorporamos también, al igual que la hoja de laurel y el perejil. Mezclamos bien.


Preparamos una vinagreta con el aceite, el vinagre, el pimentón, la sal y la pimienta molida. Mezclamos bien y la incorporamos a los pimientos, removiendo para que se impregnen por todas partes del aliño.


Cerramos el recipiente y lo dejamos cuatro horas en el frigorífico para que cojan bien el sabor.


Servimos como acompañamiento de carne o unas ventrescas de atún por ejemplo.


También solos están deliciosos sobre una tosta de pan.


Estoy segura que crearán adicción en vosotros.


Bon appétit

En la cajita tenemos también unos pimientos confitados muy fáciles y "requetebuenos" cuya receta podéis ver aquí

Fuente: Inspirados en una receta de Sonia de L'Exquisit en la  revista AR

Imprime esta receta